sábado, 10 de noviembre de 2012


El parque del periodista queda ubicado en pleno centro de la ciudad de Medellín entre la carrera Girardot y Maracaibo, limita al norte con el barrio prado centro, al sur con las torres de Bomboná, al oriente con el barrio Boston y al occidente con la avenida la playa y era más conocido anteriormente como el Guanábano,   alrededor se observan algunos bares de rock, otros donde colocan música común, también hay cafeterías, restaurantes y un paradero de bus. Hoy reconocido como el parque del periodista y llamado por algunos como “el Perio”, se ha convertido en un patrimonio cultura, tangible de la ciudad.
Éste es un lugar pequeño, con espacios para sentarse a tomar cerveza,  fumar marihuana, cigarrillo o para consumir cualquier sustancia. En el parque se encuentra ubicada la estatua de don Manuel del Socorro Rodríguez de la Victoria (1758-1819), considerado como el iniciador del periodismo en Colombia.  A pesar de que está estatua es una huella cultural que trasciende, es quizás lo menos notorio del parque, la verdadera marca de éste se encuentra en la apropiación territorial hecha por parte de los visitantes. Éste parque es un lugar libre de censura social para los que lo visitan, del el surgen nuevas formas de interacción, identidad y realidades distintas.
Lo más notorio del parque es la poca regulación por parte de las autoridades y para las  personas geriátricas es un lugar de mala vida, ya que  son los que más se excluyen del parque, se quejan del ruido, del consumo de alucinógenos, del tipo de personas que lo frecuentan. Pasan con recelo por el lugar, escondiendo sus objetos de valor con temor y miedo  de ser atracados por uno de estos personajes. También hay otras personas, generalmente de un estrato social más alto que juzgan al parque como un lugar peligroso, un lugar de conflictos donde jamás irían a tomarse una cerveza y con  miedo de que les pase algo porque se sienten expuestos a situaciones difíciles y no se sienten en empatía con las personas que lo frecuentan.
Es ésa diversidad de  personajes la que le dan una vista multicultural al parque, en la actualidad es un lugar frecuentado en su mayoría por personas de diferentes tribus urbanas como;  punkeros, metaleros, hippies, rastafaris, raperos, bisexuales, lesbianas, homosexuales, estudiantes, músicos, poetas, trabajadores y vendedores… éstos son los protagonistas;  ellos se encargan de cargar de vida al parque y son los realmente determinan el valor de este espacio.
Sin importar la ropa, la clase social o  la profesión, todos interactúan entre sí, el uso del parque está principalmente determinado al consumo de sustancias alucinógenas, solo un día en el año el parque cambia de activad; todos los 9 de febrero llegan personas distintas con ofrendas florales para la imagen que se encuentra en el parque, en honor al padre del periodismo en Colombia.
En sus comienzos, el lugar era frecuentado por periodistas: intelectuales de los medios de comunicación, donde tertuliaban sobre temas de gran importancia, en especial del país y del mundo. De ahí viene el nombre: Parque de Periodista,  de lo cual hoy perdura solo la libertad de expresión que se vive en el lugar, allí llegan personas de toda clase, se puede encontrar en el lugar con el vendedor del bus, con el que vende artesanías en las calles del centro o hasta con indigentes que se acuestan en los alrededores, los visitantes de este lugar se caracterizan por sus variados gustos, formas de vestir, actuar, pensar y comportarse, lo que  hace que el lugar se vuelva un conglomerado de personas que se reúnen en un mismo sitio con distintas intenciones.
Esto vuelve diferente al parque; pueden estar todos sus actores sociales reunidos sin que pase nada malo, porque hay algo mágico que los hace olvidar de las diferencias entre ellos y que estén solo involucrados en su realidad.
El parque del  periodista es un lugar para todos, no hay discriminación ni prejuicios de ningún tipo. De día o de noche se torna con ambiente fuera de la realidad, para quien quiera escapar un rato del mundo que lo rodea.
La marihuana es el olor característico de sus espacios, y es un
abre bocas a las personas que habitan el lugar, es un segundo hogar para muchos, la mayoría personas que trabajan la calle y quieren estar en un espacio público porque también pertenecen a esta ciudad y no se sienten excluidos,  es un lugar para ellos compartir con amigos, reírse un rato o perderse de su realidad, por ello la falta de regulación, es el principal atractivo de sus visitantes.
El parque del periodista es sinónimo de libertad, de libre expresión multicultural, no caben discriminaciones, son sentados punkeros y metaleros en el mismo monumento, cada uno en su cuento sin invadir el espacio del otro.
Desde una mirada ética es difícil juzgar o delimitar éste espacio, en nuestra ciudad, se convierte como un pequeño mundo distinto, una manifestación cultural para muchos desconocida, y llena de perjuicios.
No es visto como un lugar turístico aunque lo es, puede disgustar a muchas personas que tiene miedos urbanos  y están cargados de ideales.
A nivel ético no ésta bien visto el ambiente que se vive en este lugar; se ven personas que por el aspecto pueden causar pánico, se ve el consumo de sustancias, personas que piden limosna en las calles, indigentes. Es un pequeño parque que alberga diferentes tipos de personalidades y por estar ubicado en todo el centro de la cuidad, acuden a este los menos favorecidos, se ve como pasa la gente a paso rápido, como huyendo, asustada  de que le ocurra algo.
Para muchos la funcionalidad de este espacio se ha perdido, pero para sus habitantes sigue intacta, como punto de encuentro en la ciudad.
El mayo valor ético que cabe rescatar en este espacio es la tolerancia, quizás en la ciudad espacios como éste no están bien vistos, pero si son aceptados los lugares de intercambio swinger, los bares, las salas de cine porno, las academias de modelaje en donde explotan a la mujer como un objeto, entre muchas otras que también violan la ética socialmente establecida en nuestra ciudad.
Además de la tolerancia, también se vive la justicia, hay respeto a cada uno y respeto por lo ajeno. Por parte de los que no frecuentan el espacio, es ideal que se tome una postura de aceptación, en nuestra constitución en el 1991 declaran el libre desarrollo de  la personalidad, y éste es el respeto que merecen todas las personas por igual, no hay necesidad de reprimir, para lugares como éste se debe de educar a las personas que están alejadas de ésta realidad.
Así como en nuestra ciudad hay lugares en donde la fé es la protagonista, la educación es el objetivo, y el deporte es el fin, el parque del “perio”, es un lugar apto para liberarse de las represiones sociales, hablar, fumar, tomar, e interactuar con los que  lo habitan.

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