El parque del periodista
queda ubicado en pleno centro de la ciudad de Medellín entre la carrera
Girardot y Maracaibo, limita al norte
con el barrio prado centro, al sur con las torres de Bomboná, al oriente
con el barrio Boston y al occidente con la avenida la playa y era más conocido
anteriormente como el Guanábano, alrededor se observan algunos bares
de rock, otros donde colocan música común, también hay cafeterías, restaurantes
y un paradero de bus. Hoy reconocido
como el parque del periodista y llamado por algunos como “el Perio”, se ha
convertido en un patrimonio cultura, tangible de la ciudad.
Éste es un lugar pequeño, con espacios para sentarse a tomar cerveza, fumar marihuana, cigarrillo o para consumir
cualquier sustancia. En el parque se
encuentra ubicada la estatua de don Manuel del Socorro Rodríguez de la
Victoria (1758-1819), considerado como el iniciador del periodismo en Colombia. A pesar de que está estatua es una huella
cultural que trasciende, es quizás lo menos notorio del parque, la verdadera
marca de éste se encuentra en la apropiación territorial hecha por parte de los
visitantes. Éste parque es un lugar libre de censura social para los que lo
visitan, del el surgen nuevas formas de interacción, identidad y realidades
distintas.
Lo más notorio del parque es
la poca regulación por parte de las autoridades y para
las personas geriátricas es un lugar de mala vida,
ya que son los que más se excluyen del
parque, se quejan del ruido, del consumo de alucinógenos, del tipo de personas
que lo frecuentan. Pasan con recelo por el lugar, escondiendo sus objetos de
valor con temor y miedo de ser atracados
por uno de estos personajes. También hay otras personas, generalmente de un
estrato social más alto que juzgan al parque como un lugar peligroso, un lugar
de conflictos donde jamás irían a tomarse una cerveza y con miedo de que les pase algo porque se sienten
expuestos a situaciones difíciles y no se sienten en empatía con las personas
que lo frecuentan.
Es ésa diversidad de personajes la que le dan una vista
multicultural al parque, en la actualidad es un lugar frecuentado en su mayoría
por personas de diferentes tribus urbanas como; punkeros, metaleros, hippies, rastafaris,
raperos, bisexuales, lesbianas,
homosexuales, estudiantes, músicos, poetas, trabajadores y vendedores… éstos
son los protagonistas; ellos se encargan
de cargar de vida al parque y son los realmente determinan el valor de este
espacio.
Sin
importar la ropa, la clase social o la
profesión, todos interactúan entre sí, el uso del parque está principalmente
determinado al consumo de sustancias alucinógenas, solo un día en el año el
parque cambia de activad; todos los 9 de febrero llegan personas distintas con
ofrendas florales para la imagen que se encuentra en el parque, en honor al
padre del periodismo en Colombia.
En sus comienzos, el lugar era frecuentado por
periodistas: intelectuales de los medios de comunicación, donde tertuliaban
sobre temas de gran importancia, en especial del país y del mundo. De ahí viene
el nombre: Parque de Periodista, de lo
cual hoy perdura solo la libertad de expresión que se vive en el lugar, allí
llegan personas de toda clase, se puede encontrar en el lugar con el vendedor
del bus, con el que vende artesanías en las calles del centro o hasta con
indigentes que se acuestan en los alrededores, los visitantes de este lugar se caracterizan por sus variados gustos,
formas de vestir, actuar, pensar y comportarse, lo que hace que el lugar se vuelva un conglomerado de
personas que se reúnen en un mismo sitio con distintas intenciones.
Esto vuelve diferente al
parque; pueden estar todos sus actores sociales reunidos sin que pase nada malo,
porque hay algo mágico que los hace olvidar de las diferencias entre ellos y
que estén solo involucrados en su realidad.
El parque del periodista es un lugar para todos, no hay
discriminación ni prejuicios de ningún tipo. De día o de noche se torna con
ambiente fuera de la realidad, para quien quiera escapar un rato del mundo que
lo rodea.
La marihuana es el olor característico de sus espacios, y es un abre bocas a las personas que habitan el lugar, es un segundo hogar para muchos, la mayoría personas que trabajan la calle y quieren estar en un espacio público porque también pertenecen a esta ciudad y no se sienten excluidos, es un lugar para ellos compartir con amigos, reírse un rato o perderse de su realidad, por ello la falta de regulación, es el principal atractivo de sus visitantes.
La marihuana es el olor característico de sus espacios, y es un abre bocas a las personas que habitan el lugar, es un segundo hogar para muchos, la mayoría personas que trabajan la calle y quieren estar en un espacio público porque también pertenecen a esta ciudad y no se sienten excluidos, es un lugar para ellos compartir con amigos, reírse un rato o perderse de su realidad, por ello la falta de regulación, es el principal atractivo de sus visitantes.
El parque del periodista es
sinónimo de libertad, de libre expresión multicultural, no caben
discriminaciones, son sentados punkeros y metaleros en el mismo monumento, cada
uno en su cuento sin invadir el espacio del otro.
Desde una mirada ética es difícil
juzgar o delimitar éste espacio, en nuestra ciudad, se convierte como un
pequeño mundo distinto, una manifestación cultural para muchos desconocida, y
llena de perjuicios.
No es visto como un lugar turístico aunque lo es, puede disgustar a muchas personas que tiene miedos urbanos y están cargados de ideales.
No es visto como un lugar turístico aunque lo es, puede disgustar a muchas personas que tiene miedos urbanos y están cargados de ideales.
A nivel ético no ésta bien
visto el ambiente que se vive en este lugar; se ven personas que por el aspecto
pueden causar pánico, se ve el consumo de sustancias, personas que piden
limosna en las calles, indigentes. Es un pequeño parque que alberga diferentes
tipos de personalidades y por estar ubicado en todo el centro de la cuidad,
acuden a este los menos favorecidos, se ve como pasa la gente a paso rápido,
como huyendo, asustada de que le ocurra
algo.
Para muchos la funcionalidad de este espacio se ha
perdido, pero para sus habitantes sigue intacta, como punto de
encuentro en la ciudad.
El mayo valor ético que cabe
rescatar en este espacio es la tolerancia, quizás en la ciudad espacios como
éste no están bien vistos, pero si son aceptados los lugares de intercambio
swinger, los bares, las salas de cine porno, las academias de modelaje en donde
explotan a la mujer como un objeto, entre muchas otras que también violan la
ética socialmente establecida en nuestra ciudad.
Además de la tolerancia,
también se vive la justicia, hay respeto a cada uno y respeto por lo ajeno. Por
parte de los que no frecuentan el espacio, es ideal que se tome una postura de
aceptación, en nuestra constitución en el 1991 declaran el libre desarrollo
de la personalidad, y éste es el respeto
que merecen todas las personas por igual, no hay necesidad de reprimir, para
lugares como éste se debe de educar a las personas que están alejadas de ésta
realidad.
Así como en nuestra ciudad
hay lugares en donde la fé es la protagonista, la educación es el objetivo, y
el deporte es el fin, el parque del “perio”, es un lugar apto para liberarse de
las represiones sociales, hablar, fumar, tomar, e interactuar con los que lo habitan.